El Sistema: Se está haciendo
difícil defenderlo
Por Carlos M. Añez
29-11-14
No puedo hablar por todos los que sentimos aprecio
y admiración por El Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela y por todo lo
que ha traído para Venezuela y el mundo pero si puedo decir que tengo
conciencia de que sus partidarios somos muchos y estamos en numerosos países. Sin embargo, ¡qué difícil se nos está haciendo
seguir expresando nuestro apoyo a ese
proyecto!
José Antonio Abreu acaba de confirmar que el
auditorio de Barquisimeto está en marcha. De nada sirvieron las observaciones
que se le han hecho. Llegaron tarde porque se estaba manejando el proyecto en
secreto, como trabajan las dictaduras, sin escuchar a la gente. Es un error haber contratado a Frank Gehry
para diseñar esa obra. No necesito
insistir en que la arquitectura de Gehry es para construir iconos publicitarios
a quien necesite de ellos, todos lo saben. El Sistema no lo necesita y
Venezuela mucho menos. Haber escondido esa oportunidad de trabajo a los
arquitectos venezolanos es una deslealtad imperdonable. Lo más probable es que
Gehry le haga a esa ciudad un mamotreto caprichoso ininteligible que tendrá el mismo efecto estético de presentarse en la Redoma de Petare con un disfraz de
astronauta. Pero lo peor de esa decisión es que les da pie a los enemigos de El
Sistema para que lo vuelvan a acusar de tirano. Pues tirano parece y de paso
está haciendo cada vez más difícil defender a El Sistema.
En la base de mi atracción por El Sistema está mi convencimiento
de que el arte eleva la condición humana al maximo nivel de su esencia. Ademas
de ser uno de los medios que tiene el ser humano para dar sustancia a sus
pensamientos, el arte le hace posible sentir y desplegar emociones, marcar
momentos vitales, caracterizar interacciones con sus semejantes y transmitirles
mensajes. En pocas palabras, el arte hace posible sentir qué es ser humano. En
particular la música, entre las artes, es la que, en mi opinión, tiene mayor
alcance en el interior del hombre común aunque el teatro no le queda muy lejos.
Pero esa es solo la base ideológica de mi
atracción hacia la música. En la
práctica, lo que me pasa es que amo la música. Ella me ha acompañado toda mi
vida. No puedo vivir sin escuchar música. Escucho música todo el tiempo que me lo
permite la vida cotidiana. La música me ayuda a pensar, a soñar, a sentir
nostalgia, a combatir la depresión, a expresar mi alegría, a digerir mis
fracasos y a celebrar mis logros. Admiro a quien es capaz de hacer música.
Venero a los semidioses que compusieron la música que más me gusta en los
siglos 18, 19 y 20. En fin, la música es fuente de vida para mí.
Que haya sido en mi país que la música hubiese
tomado un lugar sobresaliente en amplios sectores de la población me ha hecho feliz.
Pensar que tanta gente en Venezuela ha tenido acceso a hacer y a escuchar
música buena y ha podido sentir el placer y las emociones que transmiten los notas
de instrumentos, solistas o en conjuntos, interpretando composiciones de los
grandes maestros de la historia, me produce alegría y satisfacción. Cuando me
imagino miles de padres y familias enteras escuchando los progresos de sus
niños en el aprendizaje de música y asistiendo a sus presentaciones para oír
como contribuyen al concierto que entre todos ofrecen, me siento contento y
lleno de esperanza. Las noticias de los éxitos de nuestras orquestas y nuestros solistas en el mundo y las de que en
otros países han tomado el ejemplo venezolano para organizar sus “Sistemas”, me
llenan de orgullo. Saber que todo eso ocurre en esta época de maldad, trampa,
traición y destrucción y como dice G. Cabrera, cuando está teniendo lugar “… la
extinción nacional de la ética a todo nivel, la quiebra económica, la más
obscena corrupción y la entrega del territorio nacional al hampa”…me alivia la
angustia que siento en el corazón porque me confirma que a pesar de todo tenemos
una juventud que es capaz de amar y hacer belleza. Eso nos da esperanza. Eso ha
sido posible por El Sistema.
Obsérvese que no estoy asignando a la música una
función social. No creo en eso de que la
música ayuda a reducir la pobreza. Afirmarlo es populismo. Defendiendo El Sistema, a la música se le han atribuido
virtudes socioeconómicas redistributivas inauditas. Eso es otro fraude
populista. Como he argumentado, la música enriquece pero es al espíritu. La
música promueve sentimientos humanos nobles y no genera ingresos por sí misma. Hacer
y presentar música puede dar dinero pero ese es otro “cantar”. Es un error de
Abreu y en especial de Dudamel haber promovido El Sistema como instrumento para
reducir la pobreza porque ni la reduce ni esa idea podrá sostenerse como tantas
patrañas socialistas. Claro, lo que se generó fueron más subsidios.
Desde hace varios años vengo rogando que Abreu y
Dudamel no se viesen obligados a definirse políticamente porque al hacerlo brotarían
las divisiones entre la gente del Sistema lo cual amenazaría su continuidad. Vano intento.
Abreu y Dudamel con hechos y recientemente con declaraciones, nos han hecho saber de qué lado están, por lo
menos temporalmente. No puedo decir si son unos comunistas que están de acuerdo
con lo que le están haciendo los chavistas a mi país y tampoco sé si es que no
están de acuerdo y lo quieren ocultar para seguir dirigiendo El Sistema y
recibiendo el gran subsidio. Lo que si veo claro es que han puesto en peligro
el futuro de largo plazo de El Sistema al asociarlo más estrechamente con el
chavismo
En efecto, estoy convencido que el infierno
chavista no durará como el cubano, porque somos un país diferente en un momento
histórico diferente. La debacle económica en que han sumido a Venezuela, la
fuerza que todavía se le ve a nuestra juventud, la gran dimensión comprobada de
las fuerzas de oposición, la ruina
creciente del apoyo popular al gobierno, las posibilidades de comunicación que
la electrónica le da a la población, la interconexión con el contexto
internacional y muchos otros aspectos nos dan la confianza para mantener
nuestro optimismo. La reconstrucción llegará. Al definirse, Abreu está acercando
el peligro de que en la reconstrucción se vea El Sistema como obra chavista,
cancelando los 25 años de su desarrollo que ocurrieron antes de que se iniciara
esta era de destrucción y entonces se nieguen los beneficios del Sistema para
la juventud. Es más, hoy mismo hay gente que dice que el Sistema es saudita,
que promueve al gobierno y que hay que eliminarlo.
Si Abreu y Dudamel se hubiesen declarado
abiertamente anti chavistas como lo hemos hecho muchos, pues El Sistema no habría
recibido el subsidio o habría sido mucho menos. Era muy difícil evitar ese
riesgo. Abreu todavía cree que lo está evitando pero de vez en cuando tiene que
ir a Miraflores y retratarse para que sigan fluyendo los dólares. La realidad
se impone sin miramientos por sobre sensibilidades e idealismos. En especial
las realidades políticas. Si no, pregúntenle a los amigos italianos como fue el
tiempo de los fascistas. El que no marchaba no comía. Los subsidios eran solo
para los obedientes. Cabe la posibilidad de que Abreu esté pensando: “Ya estoy
viejo. Que me crean chavista, comunista o economista, a mí no me importa. Lo
que quiero es sacarles a estos cazurros los dólares para construir otras sedes
para El Sistema y tengo que apurarme porque si llegan otros voy a tener que
empezar otra vez.” O sea, como cualquier
primer ministro de alguna Antilla menor recibiendo petróleo venezolano regalado.
Por esto es tonto pensar que si no le dan los dólares a Abreu “se podrían
construir nosecuantas escuelas, viviendas y hospitales”. Si no se los dan a
Abreu, de todos modos los despalillan o se los roban como lo han estado
haciendo sin piedad desde hace años. Es más, ¡A lo mejor Abreu piensa que él se está
“sacrificando” para beneficio de El Sistema! … Vaya Ud. a saber.
Sin embargo, seguiré reflexionando para alcanzar
algún equilibrio en mis apreciaciones y continuaré luchando para que se hagan juicios justos
sobre lo que se ha conseguido con El Sistema de orquestas. No se puede admitir
que las posiciones políticas deformen nuestra evaluación de lo que han logrado
Jose Antonio Abreu, por su parte y los miles de músicos y muchachos venezolanos
que han trabajado para hacer de El Sistema un objeto de admiración en el mundo
entero. Es injusto asignarles funciones sociales o políticas, positivas o
negativas (v.gr.: reducción de pobreza o promoción de la dictadura) cuando
ellos lo que hacen es MÚSICA, ARTE y CULTURA en nuestro país. No voy a pedirle
a Abreu o a Dudamel que se declaren anti chavistas como no se lo pido a nadie. Si
ellos son chavistas, allá ellos, que corran con su responsabilidad histórica. Ahora
bien, cuando se equivoquen o abusen de sus posiciones respecto a El Sistema
saldré adelante a exigirles que corrijan y respeten nuestros intereses como
venezolanos.