12/27/2014

MI CV (por solicitud de lectores)

Curriculum Vitae
Carlos Manuel Añez Di Prisco

2014

CI Nº:   V-1.848.845   
Nació: Puerto Cabello - Venezuela  24 enero 1938
Educación Primaria y Secundaria: Colegio La Salle - Barquisimeto and Caracas
Educación Superior: Ingeniero Civil, 1959  Universidad Central de Venezuela - UCV
Post grado:
Doctor of Philosophy, Historia y Estudios Sociales de la Ciencia, Universidad de Sussex, 1973-1978 (1980); Doctoral disertación: “International Transfer of Technology for Oil and Gas Exploration and Production with special reference to the Venezuelan oil industry.”
Master en Planificación Económica y Regional , Cendes-UCV, 1966 - 67
Diploma (Estructuras de Concreto Armado) Politécnico di Milano,  Italia, 1963

Idiomas : Español, Inglés, Francés e Italiano

EXPERIENCIA PROFESIONAL   

1960 - 1962:           Sub-director Conservación y Mantenimiento UCV, Caracas
1962 - 1965:           Director Oficina Planificación de Construcciones, UCV, Caracas
1968 - 1969:           Jefe de Planificación, Gerencia Planificación, CANTV, Caracas
1969 - 1972:           Secretario Ejecutivo del CONICIT; Caracas
1978 - 1986:           Vice-Presidente - Grupo Formiconi - Construcciones  petroleras y fabricación de calderería pesada.
1986 - 1988:           Director Técnico - OTEPI, C. A. –Ingeniería proyectos de plantas petroleras, siderúrgicas e industriales.
1988 - 1990:          Director de Proyecto - Construcción de edificio en Porlamar.
1990 - 1992:          Director General de FINTEC  Fondo de financiamiento de Innovación Industrial
1993 - 1996:          Presidente de FLP de Venezuela CA Lodos de perforación y control de sólidos
1995 - 1996:          Miembro de la Junta Directiva (Director Externo) - SIDOR-
1996 - 1999:          Fundador y Presidente de DEKANTER SERVICIOS AMBIENTALES C.A.,  Control de sólidos y manejo de desechos de perforación de pozos.
2002 – 2011           Director Junta Directiva de SIVENSA y subsidiarias- Grupo privado de empresas  manufactureras de productos de hierro y acero.
1999 a la fecha       Consultor independiente Estudios, análisis, evaluaciones y reestructuración de negocios.  

CARGOS ACADEMICOS

1961 - 1967:     Instructor,  Departamento de Estructuras, Facultad de Ingeniería, UCV
1963 - 1965:     Profesor Asistente, Análisis Estructural, Facultad de Arquitectura, UCV
1973 - 1975:     Junior Research Fellow, Science Policy Research Unit, SPRU, University of Sussex, Sussex, UK
1975 - 1978:     Profesor Investigador, CENDES, UCV
2005 – 2008: Profesor Contratado – IESA - Caracas

12/24/2014

SELECCIÓN DE VIEJAS NOTAS GASTRONÓMICAS (Nostalgia caraqueña) Por Carlos M. Añez

NOTA GASTRONÓMICA  26 marzo 2004
Hoy estuve almorzando con Esther, mi mujer, en el restaurante Le Gourmet del Hotel Tamanaco. Tenía tiempo interesado en probar esa cocina porque me habían dicho que era de las mejores de Caracas en la actualidad.  ¡Bingo!  Se trata de alta cocina de verdad. No es, como dicen algunos, cocina clásica francesa aunque ese paradigma está presente en, por ejemplo, la “reduccion” para construir salsas, el “confit” para glorificar carnes y el “amuse-bouche” para despertar el apetito. Se trata de cocina de ahora, de la que están haciendo los jóvenes de esa pléyade de cocineros venezolanos al regreso de sus expediciones culinarias formativas en el exterior.
Nos ofrecieron un amuse-bouche formado con unos mini-crocantes montados con cebolla caramelizadas en un platillo salpicado con el pesto más livianito que se pueda pensar. ¡Delicioso!
Me decidí por almorzar con el “leitmotiv” de pato. Comencé con unos ravioli de pasta aromatizada con cacao y rellenos de un “pisillo” de pato horneado sencillito pero exquisito, con una salsa de vino y quizá hongos, acompañados con unas hojas de espinacas salteadas con piñones. Simplemente espectaculares.
Pero luego me llegó “il capolavoro”. Pedí la “magret” de pato a las tres especies con risotto de nueces y no-me -acuerdo-que-más que me dejo estupefacto. Paul Launois (así se llama el Chef) hace una reducción de vinos y fondo de pato que tiene el look de la orimulsion y el sabor de la gloria. Luego hace un risotto con arborio y le agrega unas nueces en trocitos y otras transformadas en una crema en el mortero. Cosa seria. Luego toma la “magret” (pechuga)  que debe haber sido marinada al seco con tres pimientas, (no sé si le quita la piel o se la deja porque no la distinguí pero la grasita se la encontré) y la sella al fuego vivísimo, “a point”. Me imagino que, aparte, en el fondo de pato cocina lentamente (braissé) los muñoncitos de las alas que le quedan enteritos pero deshaciéndose. No si me explico.
Finalmente monta el plato con el risotto en el centro coronado por las alitas, el magret cortado transversal en medialuna, la reducción regadita alrededor como hacen estos muchachos de ahora y adorna con unas cuantas tiritas de un tubérculo amarillo o algo parecido “deep fried” que le quedan divinas. ¡Voila!  ¡Sensacional!  ¡Magistral! 
Encontré el servicio muy bueno.  Un poco demasiado cerca, lo que cohíbe la conversación pero amabilísimo y abundante. La cava de vinos contrasta por lo escueta, quizá para mantener la factura baja, pero me hizo falta algo más de selección. Los precios son como los de los restaurantes que hay bajando la colina del Hotel. Felicitaciones y buena suerte
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NOTA GASTRONÓMICA  13 agosto 2004               
Mi hijo Marcelo me envió esta tarde el siguiente mensaje: “Acabo de oír en las noticias que acaba de morir Julia Child.  Tenía 91 años. Para mí, creciendo en esta familia, esa señora es como una tía que nunca llegue a conocer pero que siempre estuvo por ahí presente. Un abrazo. Marcelo”. De verdad que se me salieron lágrimas. Me vinieron velozmente memorias de momentos muy agradables e importantes en mi vida que resultaron así por lo que aprendí de Julia, que me conmovieron y que ahora me llevan a escribir esta nota para mis amigos.
Comencé a cocinar muy joven ayudando a veces a mi abuelo Carlo los fines de semana antes de casarme. Cuando me casé, de inmediato intenté cocinar solo y luego de algunos desastres me di cuenta que no sabía hacerlo. En los años 60, tuve la suerte de vincularme a un grupo de intelectuales amigos de mi tío Rafael que además eran sibaritas, algunos de los cuales sabían cocinar y con ellos, con unas revistas y con mi pasión por la cocina mejoré algo. Mas tarde, en el año 67 se formó el grupo del tenis que llamamos la “Copa Beer Point” cuyos restos todavía subsisten. Los sábados, sus miembros jugaban, tomaban cerveza y almorzaban grandes platos de pasta cocinados por mí bebiendo cantidades pasmosas de vino. Las salsas estaban siempre basadas en un sofrito de cebolla y ajo en aceite de oliva al cual se le agregaban luego latas de tomates pelados y lo que tuviéramos a la mano: atún, sardinas, vongole, chipirones o chorizo. En fin, lo que fuera. Me consideraban un gran cocinero.
Luego vino el post-grado en Brighton (Inglaterra). Allá tuve que cocinar todos los días para mi familia y como tuve la suerte de que coincidieran varios amigos con sendos post-grados en la misma Universidad, instauramos algo parecido a lo que veníamos haciendo en el grupo del tenis de los sábados. Entre los amigos que me acompañaron en Sussex estuvo José Agustín Silva Michelena, gran amigo y gran cocinero. Su esposa, la Chef María Antonia Becerra, fue quien me regaló el primer libro de Julia Child, “Mastering the Art of French Cooking”. Entonces comencé a convertirme en un cocinero de verdad. Me estudié ese libro de tapa a tapa. Llegue a comprar (y todavía tengo) cuatro ejemplares. Uno empastado está en mi biblioteca y tres, en edición de bolsillo, cubren mis necesidades: uno en mi cocina de Caracas, otro en mi cocina de Margarita y un tercero en mi mesa de noche para consultas improvisas o para insomnios. Con la formación que me dio el “Mastering” es como pude llegar a dominar los fundamentos de la alta cocina amateur. Con ellos pude entonces aprender de lo que me ofrecieron muchos otros cocineros en libros, en restaurantes o en sus propias cocinas.
Julia escribió en la introducción de su libro “The Way to Cook” (que, de paso, es el que ahora recomiendo a quien quiera aprender a cocinar) que “Cenar con amigos y familiares queridos es ciertamente una de las delicias mas primigenias e inocentes de la vida que además llena el alma y es eterna”. Así pienso yo. Mi vida se enriqueció por las innumerables ocasiones que mi cocina me hizo posible sentarme a la mesa con gente querida y admirada. A sus enseñanzas las aprecio como el origen de las grandes satisfacciones y alegrías que he tenido en mi vida cocinando para mis amigos, para mi familia y recientemente, para mi nieta Adriana (11) y sus amiguitas de los viernes. Por eso quise tanto a Julia, sin haberla jamás conocido personalmente.
Recordando las dificultades y costos de cenar bien en mi viaje de bodas en 1960 en Estados Unidos, no olvido que Julia es la más importante entre las responsables de que ahora ese país sea de deliciosa gastronomía y tampoco que su influencia se ha extendido en otras geografías incluyendo la nuestra en Venezuela. Honor entonces a la memoria de una gran y generosa maestra de la buena cocina.
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NOTA GASTRONÓMICA  20 agosto 2004
A veces uno se queda solo para almorzar. Cuando me eso me sucede me voy al Restaurante Dena Ona en la Avenida Tamanaco de El Rosal. Trato de llegar temprano para poder encontrar puesto en la barra. Las barras son buenas para clientes solos porque se tiene a los “barmen” para conversar. (Por cierto, en Miami me he encontrado con algunas “barwomen” muy interesantes, “if you know what I mean”)  Después les comentaré más sobre las barras en Caracas.
El Dena Ona es uno de esos viejos restaurantes de Caracas algo decadentes y que no tienen (ni pretenden que tienen) alta cocina ni mucho menos. Simplemente, ofrecen estilos de cocina regionales ibéricos y saben que allá les llegamos muchos caraqueños desde hace años. Mejor dicho, desde hace décadas. El Dena Ona es uno de los mejores. Allí se va a comer cosas elementales archi-conocidas y popularísimas de la cocina tradicional española: tortilla de papas, jamón serrano, chipirones en su tinta, pimientos rellenos, cocido asturiano, mero en salsa verde, crema catalana, quesillo y demás estimulantes de la sed. A veces he encontrado empanada gallega, dorada, olorosa y sabrosísima, preparada por la esposa del dueño en su casa.
Pero a mí lo que más me interesa es lo que hacen los plancheros. A la vista de quienes nos sentamos en la barra en el restaurante debajo de la fila de jamones guindados, está el sitio donde se cocinan a la plancha pescados, mariscos y otras sabrosuras. Hay tres plancheros: Tenorio, el más veterano, y dos más jóvenes que se alternan en turnos de ritmo semanal o quizá mensual. Obviamente por alguna magia comercial, el Dena Ona tiene siempre la pesca más fresca del día: parguitos del tamaño justo, lebranches abiertos, filetes de dorado, ruedas de sierra, de atún o de pez espada, langostinos de cinco pulgadas y cuando viene la temporada, espectaculares langostas vivas que te dan la bienvenida en un estanque al entrar. Disponen también de otras curiosidades como calamares, champiñones, chistorras y los sencillos pinchos de pescado con pimentón y cebolla para quienes estén a dieta.
Todo eso se prepara en unas planchas curadas y mantenidas por muchos años que se calientan a una temperatura tan precisa y adecuada que no vacilo en considerarla como el factor más importante de la calidad de esa cocina. Claro, son Tenorio y sus colegas los que saben cuál temperatura es esa y lo que de allí sale son verdaderas obras maestras del “plancheo”. La barra me permite no solo disfrutar de lo que me llega en el plato sino que además me deja ver como hacen que parezca fácil eso de tomar un parguito, hacerle tres cortes en el costado, aceitar un punto de la plancha, poner el parguito encima, agregarle sal solo por arriba y dejarlo que se dore poco a poco hasta que sin que medie alarma o cronómetro tangible, el planchero volteé el pescado y lo deje terminar de dorar. A un cierto tiempo, que no me he atrevido a medir, el planchero lo declara listo y lo que sale de allí, repito, es una obra maestra: un pescado dorado, “tostaíto” por fuera y jugoso por dentro. Yo acostumbro pedirlo acompañado sólo con papas al vapor, aceite de oliva y limón y a veces pido salsa tártara.
Si alguien ha intentado hacer eso en un sartén en su cocina sabrá que lo que estoy describiendo no es nada fácil. Por bueno que sea el sartén, el pescado se pega, se rompe, suelta jugo y no se dora y suceden toda clase de imprevistos. He probado pescado a la plancha desde que era adolecente, especialmente en Margarita cuando en los años 80 había unos lugares cerca de Playa El Agua que intentaban cocinar pescado a la plancha. Recuerdo uno que se llamaba Shangri La. Que desastre!! Por eso Tenorio y sus colegas del Dena Ona me resultan admirables.
Para completar, la barra atendida por Victor, Antonio y otros veteranos de la cálida y simpática atención venezolana y unos precios moderados hacen del Dena Ona uno de mis llegaderos preferidos.
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NOTA GASTRONÓMICA 2 noviembre 2004          
Siempre me he preguntado por qué en las artes se abandonan paradigmas estéticos que no han sido agotados. Puedo entender que en las ciencias naturales el proceso kuhniano de sustitución de paradigmas de captación y validación del conocimiento sea lo que históricamente ha ocurrido. Después de todo, cada modelo nuevo nos acerca a la verdad. En otras palabras, en las ciencias hay una dirección de progreso que, aunque sea implícita y haya que descubrirla, es válida porque nos resuelve enigmas y nos muestra cada vez más universo. Pero, ¿por qué en música, por ejemplo?  ¿Por qué se abandonaron las maravillosas formas musicales de los siglos XVIII y XIX? ¿Por qué la música contemporánea se hace tan ininteligible? ¿Por qué no pueden convivir paradigmas estéticos competidores?  Pues así mismo me lo pregunto en la cocina, ¿Por qué se van abandonando los patrones de alta cocina que nos condujeron hasta aquí? ¿Por qué no continuar articulándolos y disfrutándolos en su infinito potencial?  Nótese que solo pregunto, no me opongo. Solo quisiera saber por qué el ser humano hace eso.
Afortunadamente hay  gente que parece que piensa en esto. Después de unos seis años, regresé a Le Petit Bistrot de Jacques y me encontré con la grata sorpresa de que la cocina de Marc Provost había continuado “articulando” el paradigma clásico.  Un poco más amplio que mi imagen de bistrot, el restaurante mantiene sus manteles de cuadritos rojos, sus avisos en la pared con “le plat du jour” y sus platos son servidos sin adornos inútiles aunque nítidos y atractivos. Regresé atraído por los menús que, por e-mail, me ha enviado Jacques Bouvet, (el propietario y socio de Provost) cada semana desde hace más de un año y disfruté de la cocina de un maestro de quien la Sauce Bearnaise es la genuina que sabe a estragón y no a perejil marchito pero que es capaz de montar un delicadísimo tartare de langostinos sobre un carpaccio de zanahorias al dente perfecto y coronarlo con un sorbete de limón nada clásico. Sin mayor drama, tal sabroso atrevimiento puede ser seguido por un asado de cordero con una archi-tradicional sauce brune deliciosa, brillante y cristalina y todavía se puede ordenar la famosa ensalada con queso brie cubierto con ajonjolí tostado a la miel que tienen 18 años ofreciéndola.
En los años 70 mi grupo de amigos y yo teníamos afecto quasi religioso por Paris y sus restaurantes. Quien viajara a esa ciudad tenía que llegar contando cuantas estrellas (de la Michelín) traía entre pecho y espalda. Le Grand Vefour de Raymond Olivier era la meca. Sin embargo, había un bistrot que no tuvo estrellas pero que para nosotros valía como si las tuviese. Era el Restaurant des Beaux Arts de Monsieur Poussineau en la calle del mismo nombre, a unos metros de la famosa escuela de bellas artes. En su menú, del cual muchos de nosotros todavía atesoramos alguna copia, estaba todo lo que un bistrot parisien tenía que tener. Desde las coquilles saint jacques hasta la tarte tatin pasando por tournedos au poivre, bouef bourguignon y la soup a l´oignon. Pero era el fabuloso coq au vin de salsa oscura y olorosa lo que nos volvía sus fanáticos. A mi edad ya no puedo cenar con tres platos como esos porque me enfermo, pero no dejo de pensar que esa cocina era, mejor dicho, es maravillosa. En verdad, sus métodos han sido la base de la alta cocina hasta el presente.

Pues, les digo, el Petit Bistrot me recuerda al Beaux Arts con la ventaja de que Provost hace una cocina más liviana que me permite sobrevivir mejor. He ido dos veces.  Una de noche y otra al almuerzo. En la nocturna encontré música viva de dos jóvenes venezolanos que son hermanos. Hombre el pianista y mujer la cantante.  Ofrecen boleritos suaves de Lucho Gatica y Armando Manzanero. Aunque me gustó lo que oí, le pregunté a Jacques que por que esa música y me respondió que después de 18 años, no se aguanta a la Piaff  todas las noches. A lo mejor por eso es que cambian los paradigmas!!!

12/18/2014

BAKER, GEOFFREY; “EL SISTEMA: Orchestrating Venezuela´s Youth”, Oxford University Press, Oxford, UK, 2014 A review by Carlos M. Añez, December 2014

When my great friend and tutor Charles Cooper (R.I.P.) read the first draft of my D.Phil. thesis he scribbled many comments in the margins and in the first page he wrote: "Too many words". Of course, I had to rewrite the text. In this case, I have to tell Geoffrey Baker the same. Three hundred and sixty two pages are far more than is necessary to support what he sets out to argue. However, he has written an important book for whoever is interested in El Sistema.  
Baker explains that he became impressed with the emotional density of the Simon Bolivar Youth Orchestra concert at The Proms in London in 2007 and that made him decide to study El Sistema.  He assures that he went to Venezuela for field work as an admirer of its musical achievements. He was officially received as a guest of honor and it was only when he began to be “surprised” by being told, privately and confidentially, information about the conflictual and tortuous process of development of the institution that he adjusted his academic research program to be able to write this book. This is not credible. It is hard to believe that Baker thought all what he argues in the book as a result of his field work in Venezuela.
Firstly, it is wholly clear that he is a scholar expert on social studies of music and as such he had quite a solid baggage of theoretical and ideological positions when he began his Venezuelan journey. Secondly, some of the core points under his attack were obviously evident even when he happened to attend the 2007 Last Night at the Proms concert. For instance:  El Sistema emphasis on the symphonic orchestra. The book is more than a critical analysis of El Sistema as a social and musical entity. It is rather a wide deployment of Baker´s ideological positions regarding historical relations of music with society and I should say about socioeconomic development in general, on the basis of a case study: El Sistema in Venezuela. Anyway, he has done a thorough academic job for which I offer my compliments.
Based on a promotional article that Baker published in The Guardian, some people publicly expressed outright support for his arguments, even before the book became available. Being politically motivated, they welcomed the book as an attack on El Sistema and its leaders, José Antonio Abreu and Gustavo Dudamel. However, after reading the book it becomes clear that Baker´s article was an unjust deformation of the width, seriousness and honesty of his research perhaps motivated to promote sales. I admit it misled me. The book is a monumental tour de force of written hearsay. It´s ethnography, after all. Such is the social research method that Baker says he applied to acquire the information that allowed him to write the book.
The problem is that ethnography researchers are supposed to interact with members of the community they are studying without discrimination of pre-determined categories or groups. It seems that Baker had ears only for critics, skeptics, disgruntled musicians and political adversaries of Abreu and El Sistema. Puzzlingly, he says: “I met many people who enjoyed being part of El Sistema…” (p.16) but then no account is made of their appreciations in the following pages. Actually, he is pretty clear about it stating that “This book focuses on the narratives that are currently inaudible and the ways they complicate the official one; it brings out into the open debates that normally take place in private” (p.17). Since there seems to be some debate and “it takes two to tango” I suppose we have to wait for perhaps a second book that hopefully will present the arguments of the other observers and member of the Sistema community that are missing this time. In the meantime, Baker feels compelled to clarify that “[His] relationship with El Sistema, however, is neutral.” and that “What follows may not be the truth but contains some (inconvenient) truths …” (p.20). The reader remains wondering whether Baker´s neutrality warrants a clear and impartial understanding of the cultural value of El Sistema and its real impact on Venezuelan society or it simply serves the reader a chance of peeking into the minutiae of power plays and the misery of petty quarreling typical of large organizations.
The first two chapters, following the Introduction, are dedicated to depict the roles of Abreu and Dudamel. The explicit aim is to bring to light the true character and personality traits of these two leaders of El Sistema from behind the public images that, according to Baker, have been carefully crafted by some professional and explicitly hired world class PR machinery. The result is the characterization of Abreu - who “…is a hard man to investigate” (p.27) - as an authoritarian, ruthless, vengeful, manipulative, arrogant, secretive, unscrupulous and enormously ambitious politician (and musician) who has also shown to be intolerant of critics. His conservatism, Catholic religiosity and elitism are said to explain much of his behavior. His entire professional and political career is displayed and discussed for the benefit, I suppose, of foreign readers since all that is presented is well known to any well-informed Venezuelan. The characterization is based on informants’ accounts and publicly available reports and press clippings. Several times along the text Baker points out that he could not verify or confirm the information, which is fair enough. Again, it´s ethnography he is attempting.
When it comes to Dudamel, Baker´s neutrality is strained. Dudamel´s musical talents are not discussed. In fact, they are not even mentioned. The conductor´s public image is the object of Baker´s analysis and his rise to stardom is the target of the criticism. It is while referring to Dudamel when Baker´s ideology begins to emerge in the book and his neutrality begins to crack and slip away. Although Dudamel´s rise is anecdotally reported as a conjunction of Abreu´s decision to promote him and Gustavo´s decision to submit himself to his authority, it is the actions of his PR agents that shock Baker. He criticizes strongly that Dudamel landed a contract to advertise Rolex watches; that he is paid $1,4 million a year by LA Symphony Orchestra; that he got a contract with Deutche Gramophone;  that he gets large fees for concerts in famous venues, like the Salzburg Festival through the actions of his world class agents and that he travels with all the paraphernalia typical of the jet set. However, Baker´s criticism is not limited to the individual case of Dudamel. Actually, Dudamel is criticized for the wider offence of belonging to the elite of the world musical industry. The culprits are really “music as business” and “art as spectacle” which, according to Baker, are precisely major sins of Abreu´s strategy regarding El Sistema.
I suppose world class performers such as, Yuja Wang, Katia Buniatishvili, Gabriela Montero, Riccardo Muti, Baremboim and his WEDO, Berlin Philharmonics, The Belcea Quartet and the likes will feel alluded by this vision of their disgusting selfish capitalistic exploitation of the sacred art of music making. Ça va sans dire, that we, classical music lovers, might also be found guilty for our dependence on the “international music industry” for listening recorded music and watching video concerts. Baker denounces that star orchestra conductors are making too much money just like CEOs in private corporations. He thinks that they are being paid salaries and bonuses many times above the salary of the average worker/musician and that is not fair. Thus, he brings the question into the realm of the social inequality issue being currently discussed in the world. Regarding this issue, it doesn´t seems fair to challenge the three of four musicians from El Sistema who have made it to the top for following the trend. It is certainly naïve to criticize the enormous salaries of music top stars as well as those of baseball or football players and other show business fees and celebrities earnings on the grounds of “justice”. You may propose many types of solutions to the inequality problem but it is simply neither fair nor realistic to criticize an individual star player for negotiating the highest pay possible. On the other hand, it´s not hard to understand that the larger the audience the bigger the pay.
Several times along the text Baker feels ethnography as a straitjacket and breaks away of its limits. His desire to display his ideological positions is restricted by the descriptive and diagnostic nature of the method. Therefore, after describing El Sistema’s features and while propounding a more democratic and shared style of decision making, he goes ahead and criticizes Abreu’s management and administrative policies as being authoritarian, hierarchical, centralist, arbitrary and clientelist corresponding  “…snugly to capitalist ideology” and to the ways of the “… Catholic Church, which ´demands authority, without offering, accountability´ (Deveney 2013)” (p.76).
Baker is haunted by the question of authority in music making and in society at large. He emphasizes the analogy of the hierarchical management situation of capitalist corporations, which he loathes, with the authoritarian relationships between the conductor and the musicians of an orchestra. He even goes on to express general rejection of “orchestral music” because of its need for conduction. Although it doesn´t become totally clear whether he is more in favor of “conductor-less” music-making such as soloist playing or chamber music he presents references of an impressive list of “scholarly” studies concluding that orchestra musicians everywhere are really an exploited, frustrated, unfairly paid, and suffering class. They are physically injured by too much rehearsal, publicly humiliated by conductors and engaged in hopeless careers. Furthermore, orchestras are not favorable for musical education.
The two chapters dedicated to musical education are very informative and I should say, pedagogical. I learned a lot reading them. However, as a classical music lover I remained worried. According to Baker, orchestral music is, to say the least, “questionable”. He writes: “If orchestras were widely considered to be positive social and professional environments, then there would be some basis for El Sistema’s position; but its claims founder on the numerous accounts by orchestral musicians and experts that reveal large classical ensembles to be permeated by social dysfunction, questionable ideologies and pedagogical flaws. The symphony orchestra appears to be a problematic institution, in Venezuela and elsewhere, leaving El Sistema’s core idea looking rather threadbare.” (p.132)… this sounds quite ominous to me. I wonder how the members of the great American and European symphony orchestras can nowadays resist the pressure of the dysfunctions and keep playing. Why do they not quit? They live in free countries. I suppose this must be similar to medical doctors, nurses, soldiers, ballet dancers, cooks and so many other “suffering” professions. They just love what they do.
The other chapter is just a sorrowful description of El Sistema music teaching being another quite familiar “Venezuelan hell”: “there are not enough teachers”; “the teacher did not come today”; “the salaries have not been paid for months”; “the spare strings for the violins have not arrived”; “the strings arrived but now the reeds for the clarinets are delayed”; “you cannot attend class because there is rehearsal now”; “administration used the money for salaries to pay for travel costs”; and etc. etc. etc. You know!!! … A good ethnography like this one would be interesting to be done on PDVSA, the judicial system, the army, the public schools, the hospitals, the “misiones’ and so many other institutions of XXI century Venezuela. I wouldn’t single out El Sistema.
This is the main weakness of Baker’s effort. He doesn’t seem to understand the historical period Venezuela is currently going through. There is not even one sentence mentioning the terrible destruction that the 15 years of the chavista dictatorship has brought to the country. That is perhaps why some people consider El Sistema as a “miracle”. Whatever it has come to be, it looks like an exception in the mid of that mess. Half the book is dedicated to dismantle Abreu’s claim of social action without acknowledging that such claim was just an indispensable fundraising stratagem to keep El Sistema growing in chavista times.  There was no philosophy, no music teaching theory, no social development thinking behind Abreu’s approach and later strategy. It was just political, as well as Chavez’s response. Baker is (“wasting his gunpowder on vultures” / gastando pólvora en zamuros) wasting his time demonstrating El Sistema´s failure to have a significant social impact on “inclusion” of poor children. At least in Venezuela, that is not the point. Perhaps, Baker´s arguments are useful to open the eyes of people in other countries but in Venezuela nobody is expecting that poor children will improve their lives because of the actions of El Sistema.
The question of sexual abuse figured prominently in Baker’s promotional article about his book and was subsequently expanded by other British commentator in another newspaper. Actually, Baker writes that he just heard rumors and hearsay about sexual activity amongst the youthful community of El Sistema. For a country having 16 years as the legal age for consent and being well known by its high statistical number of under-15 pregnancies, his account is hardly surprising. He found no concrete evidence of sexual abuse apart from gossips and suspicions expressed by some anonymous informants. However, the lack of specific references compels him to call for investigation of the matter because “Power imbalances are at the core of sexual abuse,”(p.232), “… El Sistema is no exception, since reports of abuse (psychological as well as sexual) from Venezuela suggest that endemic, problematic features of classical music education are being reproduced rather than revolutionized [there].”(p.231)  “At present, the allegations and suspicions [of sexual abuse] that circulate around El Sistema are no more than that. However, events in the United Kingdom illustrated that even world-renowned institutions had skeletons in their closets. … The fact that this problem has not emerged publicly in Venezuela does not therefore mean that it is insignificant there.”(p.232) In other words, Baker thinks that since El Sistema plays classical music, since symphonic orchestras are imbalanced power instances, since there have been abuse in classical music institutions in the UK, and since there are some monkey business among teachers and pupils,  … there must be some of that in El Sistema. We better investigate and take measures.
We must ask then, why do people still support El Sistema?  Including myself, for example?  My answer is, first of all, because it has given us good classical, European and Latin-American, old and contemporary orchestral music of the kind we love and also because it has increased the social appreciation of classical music in Venezuela and elsewhere; it has augmented somehow the quality and the quantity of musicians and music making in our country; it has snatched a few precious resources away from dilapidation and corruption and it has given us a little pride of being Venezuelans. All this is emotional all right but I sustain these are valid reasons.  Some people think the cost has been too large but, as per Baker´s estimate, at least 170.000 youngsters are learning music in EL Sistema and we have now some infrastructure and an organization that can certainly be changed for the better in the future.
A key point of my disagreement with Baker stems from his implied ideological position regarding the appropriate strategy that should be implemented in a country like ours.  Important social and economic scholars have argued in the past that underdeveloped countries should adopt a strategy that avoids competing with developed countries by not trying to enter into the frontiers of advanced technological competition among the dominant economic powers of the world. Such approach implies that it is hopeless and wasteful to enter into a race for a place in the key ranges of world economy. In this paradigm E. F. Schumacher wrote his book “Small is Beautiful” in the 1970s. According to that view underdeveloped countries would be better off by trying to apply production technologies that could be more adapted to their abundance of labor, their scarcity of capital and their low level of social organization and governance. This sort of arguments is still part of a truly paternalistic ideology that permeates wide sectors of the western academic community. However, as anybody can see, it hides the belief that underdevelopment is going to be a permanent trait of the world forever and that it is preferable to capitalist development (ref. p. 104). 
Contrastingly, I believe that without attempting to advance through jump starting innovations and efforts, underdeveloped countries will have no hope to catch up. I also think that it is just not morally valid to propose developing a separate world for the poorest countries isolating them from the global advances of humanity even if these were historically originated in The West. Thus, when these thinkers criticize (ref. p.187) the focus on classical, orchestral and performance-oriented music-making in countries like Venezuela on the grounds that it is an elitist European centered strategy, reminiscent of the colonial past, I have to reject it as well because I want my country to be aiming to be culturally wealthy and strong and not left behind. We must be able to compete in any field: economic, scientific, artistic, political and whatever. I want my people to play and enjoy our folk music and the music of our composers but also that of the greatest geniuses of history.
The last chapter is an effort to look constructive after all. Baker sets out to explore ways to make good use of some of El Sistema´s “illusions”, “practices” and “ideals” that have remained in “lip service” status. By doing so he finally but implicitly acknowledges that there have been some benefits of Abreu´s endeavor. However, he says that it is the way that El Sistema is being interpreted, followed and adapted in the other 70 countries (he presents the cases of Scotland, Brazil, Colombia, USA and Australia) where it is being more or less reproduced, that seems to be pointing in the right direction, not because the Venezuelan Sistema has shown the way. Emphasis on including needy children, on community relationships, on professional teaching of music, on promoting of creativity and diversity, and other policies of the sort, leads him to express hope that the whole idea could be socially beneficially. “´Social action through music´ is an important idea that deserves careful consideration” he says… after all!
Trying hard I could summarize Baker´s interpretation, in the last chapter, of the underlying political soup as follows (ref p.309): El Sistema has been always conservative and traditionalist and as such it had the support of conservative groups in Venezuela. Abreu decided to give it a leftist “social” façade in order to get money from Chavez. Then the conservative sectors rejected the Sistema because, for them, it became chavista while the cultural left in the UK supported it because it sounded “social” which, as shown, it is not and since El Sistema is based on the authoritative, exploitative and anti-democratic XIX century symphony orchestra they should not support it. Then everybody is wrong and Abreu and Dudamel are the only ones profiting. How about that?
His comparative analysis leads him to propose a series of measures aimed at improving the social impact of El Sistema in Venezuela. He is right on that point, of course. For instance, in regional terms El Sistema could be managed better. His remarks about the need to reinforce regional “nucleos” vis-a-vis the ones in Caracas are truly valid. His comments about the excessive scale and cost of performing infrastructure (auditoriums) in detriment of basic resources like instruments and accessories are obviously correct, to say the least, and so on.

After reading the book one remains with the impression that in spite of its inexplicable overkill of Abreu, Dudamel, the symphony orchestra and classical music education, it is a useful academic study for future research and action in Venezuela and elsewhere. 

11/29/2014

El Sistema: Se está haciendo difícil defenderlo
Por Carlos M. Añez
29-11-14
No puedo hablar por todos los que sentimos aprecio y admiración por El Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela y por todo lo que ha traído para Venezuela y el mundo pero si puedo decir que tengo conciencia de que sus partidarios somos muchos y estamos en numerosos países.  Sin embargo, ¡qué difícil se nos está haciendo seguir expresando nuestro  apoyo a ese proyecto! 
José Antonio Abreu acaba de confirmar que el auditorio de Barquisimeto está en marcha. De nada sirvieron las observaciones que se le han hecho. Llegaron tarde porque se estaba manejando el proyecto en secreto, como trabajan las dictaduras, sin escuchar a la gente.  Es un error haber contratado a Frank Gehry para diseñar esa obra.  No necesito insistir en que la arquitectura de Gehry es para construir iconos publicitarios a quien necesite de ellos, todos lo saben. El Sistema no lo necesita y Venezuela mucho menos. Haber escondido esa oportunidad de trabajo a los arquitectos venezolanos es una deslealtad imperdonable. Lo más probable es que Gehry le haga a esa ciudad un mamotreto caprichoso ininteligible que tendrá el mismo efecto estético de presentarse en la Redoma de Petare con un disfraz de astronauta. Pero lo peor de esa decisión es que les da pie a los enemigos de El Sistema para que lo vuelvan a acusar de tirano. Pues tirano parece y de paso está haciendo cada vez más difícil defender a El Sistema.
En la base de mi atracción por El Sistema está mi convencimiento de que el arte eleva la condición humana al maximo nivel de su esencia. Ademas de ser uno de los medios que tiene el ser humano para dar sustancia a sus pensamientos, el arte le hace posible sentir y desplegar emociones, marcar momentos vitales, caracterizar interacciones con sus semejantes y transmitirles mensajes. En pocas palabras, el arte hace posible sentir qué es ser humano. En particular la música, entre las artes, es la que, en mi opinión, tiene mayor alcance en el interior del hombre común aunque el teatro no le queda muy lejos.
Pero esa es solo la base ideológica de mi atracción hacia la música.  En la práctica, lo que me pasa es que amo la música. Ella me ha acompañado toda mi vida. No puedo vivir sin escuchar música. Escucho música todo el tiempo que me lo permite la vida cotidiana. La música me ayuda a pensar, a soñar, a sentir nostalgia, a combatir la depresión, a expresar mi alegría, a digerir mis fracasos y a celebrar mis logros. Admiro a quien es capaz de hacer música. Venero a los semidioses que compusieron la música que más me gusta en los siglos 18, 19 y 20. En fin, la música es fuente de vida para mí.
Que haya sido en mi país que la música hubiese tomado un lugar sobresaliente en amplios sectores de la población me ha hecho feliz. Pensar que tanta gente en Venezuela ha tenido acceso a hacer y a escuchar música buena y ha podido sentir el placer y las emociones que transmiten los notas de instrumentos, solistas o en conjuntos, interpretando composiciones de los grandes maestros de la historia, me produce alegría y satisfacción. Cuando me imagino miles de padres y familias enteras escuchando los progresos de sus niños en el aprendizaje de música y asistiendo a sus presentaciones para oír como contribuyen al concierto que entre todos ofrecen, me siento contento y lleno de esperanza. Las noticias de los éxitos de nuestras orquestas y  nuestros solistas en el mundo y las de que en otros países han tomado el ejemplo venezolano para organizar sus “Sistemas”, me llenan de orgullo. Saber que todo eso ocurre en esta época de maldad, trampa, traición y destrucción y como dice G. Cabrera, cuando está teniendo lugar “… la extinción nacional de la ética a todo nivel, la quiebra económica, la más obscena corrupción y la entrega del territorio nacional al hampa”…me alivia la angustia que siento en el corazón porque me confirma que a pesar de todo tenemos una juventud que es capaz de amar y hacer belleza. Eso nos da esperanza. Eso ha sido posible por El Sistema.
Obsérvese que no estoy asignando a la música una función social.  No creo en eso de que la música ayuda a reducir la pobreza. Afirmarlo es populismo. Defendiendo El  Sistema, a la música se le han atribuido virtudes socioeconómicas redistributivas inauditas. Eso es otro fraude populista. Como he argumentado, la música enriquece pero es al espíritu. La música promueve sentimientos humanos nobles y no genera ingresos por sí misma. Hacer y presentar música puede dar dinero pero ese es otro “cantar”. Es un error de Abreu y en especial de Dudamel haber promovido El Sistema como instrumento para reducir la pobreza porque ni la reduce ni esa idea podrá sostenerse como tantas patrañas socialistas. Claro, lo que se generó fueron más subsidios.
Desde hace varios años vengo rogando que Abreu y Dudamel no se viesen obligados a definirse políticamente porque al hacerlo brotarían las divisiones entre la gente del Sistema lo cual  amenazaría su continuidad. Vano intento. Abreu y Dudamel con hechos y recientemente con declaraciones,  nos han hecho saber de qué lado están, por lo menos temporalmente. No puedo decir si son unos comunistas que están de acuerdo con lo que le están haciendo los chavistas a mi país y tampoco sé si es que no están de acuerdo y lo quieren ocultar para seguir dirigiendo El Sistema y recibiendo el gran subsidio. Lo que si veo claro es que han puesto en peligro el futuro de largo plazo de El Sistema al asociarlo más estrechamente con el chavismo
En efecto, estoy convencido que el infierno chavista no durará como el cubano, porque somos un país diferente en un momento histórico diferente. La debacle económica en que han sumido a Venezuela, la fuerza que todavía se le ve a nuestra juventud, la gran dimensión comprobada de las fuerzas de oposición,  la ruina creciente del apoyo popular al gobierno, las posibilidades de comunicación que la electrónica le da a la población, la interconexión con el contexto internacional y muchos otros aspectos nos dan la confianza para mantener nuestro optimismo. La reconstrucción llegará. Al definirse, Abreu está acercando el peligro de que en la reconstrucción se vea El Sistema como obra chavista, cancelando los 25 años de su desarrollo que ocurrieron antes de que se iniciara esta era de destrucción y entonces se nieguen los beneficios del Sistema para la juventud. Es más, hoy mismo hay gente que dice que el Sistema es saudita, que promueve al gobierno y que hay que eliminarlo.
Si Abreu y Dudamel se hubiesen declarado abiertamente anti chavistas como lo hemos hecho muchos, pues El Sistema no habría recibido el subsidio o habría sido mucho menos. Era muy difícil evitar ese riesgo. Abreu todavía cree que lo está evitando pero de vez en cuando tiene que ir a Miraflores y retratarse para que sigan fluyendo los dólares. La realidad se impone sin miramientos por sobre sensibilidades e idealismos. En especial las realidades políticas. Si no, pregúntenle a los amigos italianos como fue el tiempo de los fascistas. El que no marchaba no comía. Los subsidios eran solo para los obedientes. Cabe la posibilidad de que Abreu esté pensando: “Ya estoy viejo. Que me crean chavista, comunista o economista, a mí no me importa. Lo que quiero es sacarles a estos cazurros los dólares para construir otras sedes para El Sistema y tengo que apurarme porque si llegan otros voy a tener que empezar otra vez.”  O sea, como cualquier primer ministro de alguna Antilla menor recibiendo petróleo venezolano regalado. Por esto es tonto pensar que si no le dan los dólares a Abreu “se podrían construir nosecuantas escuelas, viviendas y hospitales”. Si no se los dan a Abreu, de todos modos los despalillan o se los roban como lo han estado haciendo sin piedad desde hace años. Es más,  ¡A lo mejor Abreu piensa que él se está “sacrificando” para beneficio de El Sistema! … Vaya Ud. a saber.
Sin embargo, seguiré reflexionando para alcanzar algún equilibrio en mis apreciaciones y continuaré  luchando para que se hagan juicios justos sobre lo que se ha conseguido con El Sistema de orquestas. No se puede admitir que las posiciones políticas deformen nuestra evaluación de lo que han logrado Jose Antonio Abreu, por su parte y los miles de músicos y muchachos venezolanos que han trabajado para hacer de El Sistema un objeto de admiración en el mundo entero. Es injusto asignarles funciones sociales o políticas, positivas o negativas (v.gr.: reducción de pobreza o promoción de la dictadura) cuando ellos lo que hacen es MÚSICA, ARTE y CULTURA en nuestro país. No voy a pedirle a Abreu o a Dudamel que se declaren anti chavistas como no se lo pido a nadie. Si ellos son chavistas, allá ellos, que corran con su responsabilidad histórica. Ahora bien, cuando se equivoquen o abusen de sus posiciones respecto a El Sistema saldré adelante a exigirles que corrijan y respeten nuestros intereses como venezolanos.


11/20/2014

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DE ANIBAL ROMERO
por Carlos M. Añez
Guaynabo, Puerto Rico  19-11-14

v  Anibal Romero (AR): Gracias por enviarme tu artículo en defensa de Abreu y su "sistema". Sobre el tema voy a reformularte algunas preguntas, que ya en otra oportunidad te hice, con el ruego de que, si te parece, realices tus comentarios:

v  CMAñez

  • En mi artículo no intento defender a Abreu. Lo que trato es de mostrar el prejuicio de Baker y su falta de rigurosidad académica que lo invalidan como crítico. La limitación de espacio de un solo artículo me impidió señalar varias fallas adicionales que tiene su texto. Es de esperar que su libro las exponga plenamente y se vean la inconsistencia y baja calidad de su trabajo pero, claro, no me gastare ni un centavo en comprar ese libro sabiendo que eso es lo que Baker quisiera pues se trata del típico sensacionalismo mercantilista con alguna miserable agenda oculta.
  • Sin embargo, tú ignoras totalmente en tu respuesta los argumentos de Baker y los míos y has entendido mi texto como una "defensa" de Abreu y de "su Sistema" . Para mí eso indica tu hipersensibilidad al tema, tu prejuicio y tu disgusto por el reconocimiento que ellos  internacionalmente reciben. Parece que no importa que Baker nos arroje una sarta de mentiras con tal de que sean contra “Abreu y su sistema” y si puede,  que tire algo contra Dudamel. Eso no se puede aceptar en gente intelectualmente honesta. Lo que yo pido es que se despolitice el tema y se evalúe ecuánimemente El Sistema con criterios artísticos y humanísticos sin, por otra parte, dejar de pedir que se verifique el pulcro uso de recursos públicos.
  •  Las preguntas se pueden clasificar en dos grupos o temas. Uno es la valoración de El Sistema como gasto social que determine si su costo "vale la pena" versus sus beneficios (10 preguntas) y el otro tema, es el ego de Abreu que explica por qué él ha "impuesto" El Sistema y por qué consigue financiamiento, condecoraciones y premios, lo cual para ti resulta inaceptable (4 preguntas).


v  La preguntas del primer tema: valoracion de El Sistema - Costo versus beneficios

·         AR: ¿Cuánto ha costado "El Sistema"?   
CMA.-No lo sé.

·         AR: ¿Se ha hecho alguna vez una auditoría independiente?    
CMA.- No lo sé. Sin embargo, tengo entendido que ha recibido préstamos del BID y eso puede haber implicado alguna revisión de sus sistemas administrativos, pero yo no estoy seguro.

·         AR: ¿Son ciertas las cifras que difunde la bien aceitada maquinaria de PR del "sistema"?
CMA.-No lo sé y tampoco conozco esas cifras. ¿Dónde las has visto tú? ¿las puedo ver yo?

·         AR: ¿Quién ha certificado que "cientos de miles" de niños participan del "sistema"?
CMA.-Certificado, certificado, que yo sepa, no se ha certificado. Pero uno puede sacar unas cuentas y concluir que el número de niños y jóvenes involucrados es grande.

·         AR: ¿Cómo se "come" eso de "combatir la pobreza a través de la música"? 
CMA.-Combatir la pobreza masivamente, a nivel de toda la sociedad, solo se logra con crecimiento económico como lo hemos visto en los últimos tiempos en algunas áreas del mundo.  Ahora bien, aprender a hacer música puede resultar rentable como hemos visto también en los últimos tiempos. (Ref.: Yuja Wang, Ricardo Muti, Anna Netrebko, Pharrel Williams, Beyonce, etc) Además, hay muchos "egresados" de El Sistema ganándose el pan con su música, entre ellos Dudamel, pero para ganar mucho dinero con eso hay que ser muy competente y además tener suerte. De todos modos, hay muchos músicos por ahí comiéndose un cable. Por lo tanto hay que convenir que hacer música como negocio es simplemente otra manera más de sobrevivir en este difícil mundo en el que estamos.  …  ¿no será que están hablando de la “pobreza de espíritu”?

·         AR: ¿Existen acaso otros métodos más eficientes, en especial para una sociedad con las características de atraso generalizado de la venezolana? 
CMA.-Si la pregunta se refiere a métodos de combatir la pobreza, la eficiencia de los métodos depende  de la situación política en la que ellos se apliquen porque, de nuevo, la pobreza se combate con desarrollo económico y como hemos comprobado en la historia este no ocurre porque se apliquen unos métodos (políticas públicas)  y otros no. No habrá desarrollo económico ni reducción de pobreza si las condiciones políticas no lo permiten.  En “socialismo” ni de vaina hay desarrollo económico y en “capitalismo” a veces tampoco, por ejemplo, en austeridad. … if you know what I mean!!! 
  
·         AR: ¿Alguien se ha preguntado cuál ha sido el costo-oportunidad de este ego-trip? 
CMA.-Que yo sepa el único que se lo ha preguntado eres tu pero te advierto que cuantificar  esa relación es casi imposible  cuando se trata de actividades culturales, artísticas, de desarrollo humano y de simple disfrute de las maravillas de la vida entre las cuales está la música y sus efectos emocionales y espirituales.  ¿Qué valor se le puede dar a las sinfonías, sonatas y cuartetos que oigamos?  ¿Cuánto valen en una ecuación las caras de alegría de esos muchachos cuando les suena bien su música? ...o ¿el orgullo de sus padres cuando los oyen tocar? … o  ¿la emoción que sentimos quienes amamos la música cuando oímos uno de sus conciertos? …  y ¿qué me dices del valor que ha tenido el aprecio que han despertado en el mundo y los aplausos que han recibido que se sienten como si fueran de uno?  … ¿y de la vigencia que Venezuela ha alcanzado en el mundo por esa obra?  … el régimen chavista no es eterno y cuando termine serán obras como esas las que tendremos para darnos el coraje, el tesón y la esperanza que necesitamos para la reconstrucción.

·         AR: En un país sin escuelas ni liceos, donde los que existen están depauperados, ¿tiene sentido invertir tanto dinero (aparentemente se trata de sumas considerables) en orquestas clásicas, que  generan gran número de desempleados estructurales (a menos que reciban un subsidio del gobierno de turno?).
CMA.-Aquí es mejor copiar un párrafo de lo que escribí sobre el proyectado campus musical que Abreu quiere construir en Barquisimeto:
·         Un aspecto fundamental a considerar es si la escala que, con ese proyecto, se le esta asignando al Sistema es la que corresponde a un país en el estado en que se encuentra el nuestro. Soy un amante de la música desde niño que, además de disfrutar de su belleza, comprende los beneficios psicosociales que ella ofrece al ser humano. Somos testigos de la maravillosa influencia que ha tenido la actividad musical en los jóvenes que El Sistema ha captado pero “no solo de pan vive el hombre” y no solo la música ha hecho de la humanidad el portento que sin duda ha mostrado ser. Ademas de las bellas artes, que incluyen la música, también la ciencia, la filosofía y sobre todo, el trabajo han sido las bases del esplendoroso desarrollo de la raza humana. No creo que haya duda de que para salir del lastimoso estado en que el régimen militar de los últimos 15 años ha llevado a Venezuela habrá necesidad de un enorme esfuerzo de trabajo, de consenso político y de políticas inteligentes.  En ese contexto, la prioridad que tienen las artes es alta pero no es la máxima. Las actividades para sustentar la vida y generar el crecimiento económico deberán prevalecer en la asignación de recursos por largo tiempo. Por eso el Sistema deberá mantener su lugar en la estructura educativa de la nación pero su costo deberá permanecer en un rango razonable competitivo con el resto de tareas de la educación. Ademas de música y cultura necesitaremos ciencia, destrezas técnicas, información y sobretodo, empleo… y para todo eso se necesitan recursos.”
CMA.-Esto ya lo habías leído. No sé por qué me lo vuelves a preguntar. Lo que sí es nuevo nuevecito es eso de que “las orquestas clásicas generan desempleados estructurales”. Yo nunca había oído de ese fenómeno y tendrías que explicármelo en detalle.

·         AR: ¿Tiene Acarigua (por decir algo), o Altagracia de Orituco, o Maturín, una orquesta juvenil?
CMA.-De acuerdo al website del Sistema en Acarigua no hay orquesta pero hay un núcleo del sistema que es muy activo
CMA.-En el Estado Guárico está la Orquesta Juvenil e Infantil Alma Llanera pero está en San Juan de los Morros y no en Altagracia. Está  formada por 39 cuatros, 14 arpas criollas, 13 mandolinas, 15 guitarras, 8 bandolas, 2 maracas y 3 contrabajos para un total de 94 niños y jóvenes.  
ü  En Maturín hay un núcleo que esta activo.

·         AR: ¿Tienen esas ciudades un sólo liceo o escuela pública decentes?
CMA.-Acarigua-Araure tiene liceo y escuelas públicas. No sé si en Altagracia hay liceo pero escuelas públicas debe tener.  Tengo años que no voy por esos lados.
CMA.-En Maturín por supuesto que hay liceo y escuelas públicas.


v  La preguntas del segundo tema: el ego de Abreu
  • AR: ¿No es Abreu otro ejemplo (salvando las distancias de cada caso) de egocentrismo patológico venezolano, al estilo de Bolívar, CAP y Chávez? Es decir, personajes mesiánicos que son capaces de lo que sea, hasta de vender su alma al diablo (como Abreu) para imponer "proyectos" que engrandecen sus egos
CMA,.Déjame preguntarte aquí ¿Por qué te disgusta que el trabajo de Abreu parezca un ego-trip?  Toda empresa humana y en especial las especiales, son ego-trips en mayor o menor escala.  Grandes logros del ser humano no se habrían alcanzado si no hubiese sido por componentes conspicuos de los ego-trips: amor propio, confianza en si mismo, deseo de éxito, trabajo tesonero, manipulación de la gente, reclamo de reconocimiento, ambición, visión estratégica, adaptación interesada a las circunstancias  y muchos otros rasgos y comportamientos coadyuvantes. Piensa en los ego-trips de Alejandro El Grande, Julio Cesar, Carlomagno, Churchill, Prokofiev,  Steve Jobs, Vanessa Redgrave y … cosi via! Claro, hay ego-trips de ego-trips. El ego-trip de Stalin y el de Hitler fueron verdaderamente unas tragedias humanas de grandes dimensiones pero no porque fueran ego-trips sino porque eran coños de madre.
CMA.-Que el egocentrismo de Bolívar te parezca “patológico” y lo compares con el de CAP y el de Chávez es complicado. Habría que preguntarle a German Carrera. La caída de CAP como víctima de los “notables” y de la traición de sus copartidarios no me resulta muy egocéntrica. Quizá Caldera es mejor ejemplo de ególatra. Ahora bien,  Abreu tiene 40 años trabajando en su vaina y es en los últimos años cuando ha estado recibiendo premios y reconocimientos. Pero la verdad es que no tengo muy claro que rasgos determinan que un individuo es ególatra. 

·         AR: ¿Alguien se ha preguntado (aparte de este servidor) por qué Abreu tiene tal avidez de reconocimiento, de premios, condecoraciones, medallas, diplomas, en todas partes del mundo, como una especie de coleccionista de galardones que, de paso, siempre recibe él y nadie más?
CMA.-Haces unas preguntas extrañas.  ¿Cómo quieres que yo sepa si alguien se ha preguntado eso?  Si me preguntas a mí por qué, te respondería trivialmente: tiene avidez quizá porque los premios son buenos, son bienvenidos y dan prestigio para alcanzar más éxito en lo que intenta lograr. Obviamente, los recibe él y nadie más porque es a él a quien se los dan. No creo que haya muchos de los que ha recibido que hayan sido logrados por su “bien aceitada maquinaria de PR”. Si así fuera, vaya maquinaria!  Los premios se los dan y se los seguirán dando. A mi me parece que la pregunta pertinente es más bien: ¿Por qué le dan tantos premios a ese tipo?

·         AR: ¿Qué va a pasar con el tal "Sistema" cuando ya Abreu no esté? ¿No es acaso un proyecto que depende exclusivamente de un individuo, que a su vez es capaz de entenderse con todos los gobiernos para seguir recibiendo subsidios del Estado?
CMA.-No tengo idea que va a pasar cuando Abreu no esté.  Creo que dependerá de quien gobierne en Venezuela pero parece claro que el Sistema tiene ya una inercia social bastante grande como para que desaparezca de golpe. Claro, como todo proyecto humano se transformará  según le vaya yendo.

·         AR: Lo único que pido es una auditoría independiente. Quiero saber cuánto se ha gastado para enaltecer el ego de J. A. Abreu, capaz, según he escuchado, de lo que sea: amedrentar críticos, amenazar detractores, chantajear y comprar periodistas (los rumores al respecto han corrido desde hace años), y adular al que resulte necesario (incluidos Chávez y Maduro, y acá no hablamos de rumores) para que sigan tocando las orquestas, para que siga existiendo ese "proyecto" absolutamente desmesurado, en medio de una sociedad empobrecida, aplastada y arruinada como lo es Venezuela.

CMA.-Este es el punto enigmático de las críticas a Abreu y su Sistema. Uno se pregunta qué es lo que suscita esa inquina: ¿es el asunto del “ego” que lo hace antipático? o ¿es envidia por tanto premio?  ¿será que es jalabola? ¿será por que es chavista?  Negro no es. El tipo dicen que es amable. Hay mucha gente que lo quiere. Hasta relativamente hace poco tiempo había poca gente que lo rechazara. Internacionalmente es un héroe. ¿…y entonces? ¿Qué es lo que pasa?

CMA.-Por último, ¿Qué es lo que quieres, además de la auditoria que todos queremos?  ¿Qué dejen de tocar las orquestas? ¿Qué esos muchachos no puedan ni tocar música?  ¿te molestan? ¿es que esas orquestas no las merece esa “sociedad empobrecida, aplastada y arruinada” nuestra?  ¿no le tocan? ¿tenemos que vivir en la mierda mientras este gobierno exista? Por favor, amigo! … Tenemos que seguir viviendo y luchando y dándole a nuestros hijos lo mejor que podamos como a bien tengamos.